Siguiendo la carretera por la montaña, La Recueja aparece enclavada en el valle del río Júcar y podemos apreciar la belleza del paisaje, practicar pesca, senderismo y admirar las impresionantes paredes de piedra que ha formado la erosión del río desde el inicio de la formación del valle.

Tras un estupendo paseo por el río Júcar y la Plaza de la Constitución donde se encuentra el Ayuntamiento y su Iglesia Parroquial, es imprescindible probar su bebida oficial, el ambi, cuyo nombre no es casualidad, ya que el creador fue Ambivio, un vecino del pueblo que la inventó a causa de la crisis económica para que las personas con pocos recursos pudiesen entrar a los bares y consumirla.

Su tradición más representativa y que perdura hasta día de hoy, es la de los Hachos, un manojo de esparto que tras ser encendidos tenían la función de alumbrar, y que en la actualidad son quemados el día de San Blas y de San Antón.